Los fertilizantes orgánicos se definen como un producto cuya función principal es aportar nutrientes a las plantas, proceden de materiales de origen animal o vegetal, en los que los principales nutrientes están químicamente enlazados o forman parte de estas matrices orgánicas.
Entonces, los fertilizantes orgánicos son productos que se elaboran con materiales orgánicos, por ejemplo: estiércol, tallos, ramas, flores, arbustos, desperdicios de cocina, ceniza, leche o suero de leche, melaza, agua, bagazo de caña de azúcar, de coco, arroz, hojas de banano, cascarilla de café, arroz, frijol, olotes, caña de milpa. El proceso de descomposición se lleva a cabo por la acción de microorganismos que actúan de forma aerobia (con presencia de oxigeno) o anaerobia (sin presencia de oxigeno), convirtiéndose después de 35 días en un fertilizante orgánico. De manera adicional a las propiedades como nutrimentos en el suelo para las plantas, en los fertilizantes orgánicos, van los microorganismos encargados de la descomposición de la materia orgánica los cuales pasan a formar parte activa de la microbiota del suelo enriqueciéndolo o dando pie al suelo vivo.