En el mundo, hoy somos cada vez más seres humanos habitándolo y demandando sus recursos para seguir viviendo. Muchos de nosotros hemos estado acostumbrados a adquirir nuestros alimentos en el supermercado sin saber de dónde vienen y eso ha deteriorado el suelo del planeta, haciendo más difícil satisfacer la demanda de alimentos sanos y de buena calidad.
Sin embargo, ante esta realidad, ha surgido el potencial de que seamos nosotros mismos quienes generemos o cultivemos nuestro propio alimento. Esto puede hacerse usando un pequeño espacio en nuestra propia casa, con la ventaja de que además podríamos hacerlo usando, el lugar de agrotóxicos, insecticidas naturales hechos ahí mismo.
¿Pensabas que para tener un huerto necesitas un gran espacio? En realidad, el huerto ocupa un espacio pequeño en donde puedes generar vegetales y hortalizas para comsumirlas tú mismo, tu familia o, incluso tus vecinos, mediante técnicas sustentables y amigables con el medio ambiente. Siguiendo algunos sencillos pasos, podrás obtener alimentos saludables durante la mayor parte del año. De esta manera, podrás tener los nutrientes necesarios para tener una mejor calidad de vida.
Para manejar un huerto es necesario que lo hagas tú mismo, usando herramientas sencillas como el bieldo, el rastrillo y la pala. Sobre los cuidados específicos, será mucho mejor trabajar siguiendo los principios de la naturaleza: sin destruir el suelo, reutilizando los residuos vegetales generados en el mismo huerto o en casa, sin agrotóxicos y fomentando la conservación de especies vegetales.
En nuestro caso, tenemos siete camas trabajando en el huerto; es decir, una superficie de 90m2. En este espacio, el cultivo de hortalizas es suficiente para alimentar de manera variada y sana a una familia de 5 integrantes.
Uno de nuestros principios fundamentales está relacionado con el mantenimiento y creación de suelo vivo, por eso para nosotros es importante fomentar las condiciones ideales para ello. Esto lo hacemos mediante diferentes técnicas como la rotación y variabilidad de cultivos (es decir, que los cultivos van cambiando y los ubicamos según las relaciones que puedan establecer unos con otros), además de que colocamos composta y cobertura del suelo con fresa y zarzamora.
Para mantener la salud de nuestros cultivos, aplicamos soluciones preventivas y de tratamiento naturales; de hecho, gran parte de los insumos primarios que usamos se obtienen de las diversas áreas de El Humedal mismo.
Trabajar en el huerto nos da una sensación inexplicable. Éste es un espacio en donde aprendemos de la vida al mirar cada brote germinado y luego creciendo; pero también cuando nos damos cuenta de los resultados que tenemos al cuidar de manera respetuosa cada cultivo y cada planta, así como al ser testigos de las interacciones que tienen las plantas con el suelo, la luz solar, el agua y todos los organismos asociados, tanto benéficos como perjudiciales.
Sin duda, un huerto no solo satisface nuestras necesidades alimentarias pues, además nos enseña no solo a cultivar la tierra, sino nuestra relación con nosotros mismos y nuestro entorno. ¿Te animas?